Podemos definir el Pensamiento
Crítico como un proceso intelectual que nos permite alcanzar una postura razonada y justificada en un contexto definido. En este proceso resultan claves ciertos
aspectos que permiten llegar a ese objetivo de forma satisfactoria:
- Es necesario formular la pregunta con claridad sin dejarse contaminar por sesgos o tendencias.
- Identificar el punto de vista inicial del sujeto. Para evitar la influencia de prejuicios cognitivos o sociales, es importante realizar el ejercicio de contrastar otros puntos de vista contrapuestos y analizar sus pros y sus contras.
- Identificar de forma clara los supuestos relacionados con dicho punto de vista y contrastarlos con datos, informaciones y evidencias. Solamente los supuestos apoyados en datos empíricos son válidos.
- Por último, el proceso de razonamiento tiene como fin el generar una serie de conclusiones que dan respuesta a la pregunta inicial. Es imprescindible poner a prueba esas conclusiones, contrastando su veracidad con los datos recopilados.
El Pensamiento Crítico es un
proceso que todo ser humano puede desarrollar mediante una correcta educación. En
nuestra opinión, valoramos de forma muy positiva el hecho de inculcar esta
forma de razonar en el ámbito educativo desde edades tempranas. De esta manera,
l@s alumn@s serán capaces de aplicar de manera correcta el proceso descrito en
cualquier contexto y con argumentos suficientemente sólidos. Se trata de una
herramienta que abre la puerta a la independencia intelectual de las personas, a
las cuales permite resolver problemáticas diversas por sí mismas de manera
eficiente.
El Pensamiento Crítico debe
ejercerse hasta sus últimas consecuencias. De lo contrario, puede servir como
arma de doble filo. Hay gente que se escuda en una supuesta actitud crítica
para poner en duda logros o teorías avalados por investigaciones científicas
serias. Es el caso de las personas contrarias a la vacunación o las escépticas
que creen que la llegada del ser humano a la luna es un montaje.
Este último caso es muy
sintomático de esta actitud de falso pensamiento crítico. Hay gente que
sostiene que la expedición a la luna fue mentira, un simple montaje orquestado
por los EEUU para adelantar a la Unión Soviética en la carrera espacial. Con
ello desmontan la opinión generalizada de la sociedad, que si acepta la
veracidad del suceso. El problema viene cuando basan su argumentario en una serie
de observaciones que no tienen ninguna veracidad. No se pueden comprobar y se
fundamentan en interpretaciones sesgadas del material gráfico que generó la
propia expedición.
Sin embargo, existen datos veraces que demuestran que el ser humano llegó a la luna. Por ejemplo, los astronautas del Apolo 11 colocaron un panel de unos 60 cm de ancho recubierto por 100 espejos apuntando a la tierra. A día de hoy, es el único experimento científico del Apolo que funciona y se puede comprobar. Se puede lanzar un rayo láser desde un telescopio y contar el tiempo que tarda en regresar a la fuente para calcular la distancia entre la Tierra y la Luna.
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